'cookieChoices = {};' tiempos y palabras: extremar

martes, 9 de agosto de 2005

extremar

"uno ve lo que quiere ver", pero tenemos la posibilidad de pensar y repensar, de decantar lo que entra en nuestra percepción, de no tentarse con los bocadillos, de mirar de lejos, de ver como los otros comen y pensar: que me podría aportar llavar a cabo la acción de echarme a la boca lo que todo el mundo se echa a la boca y tragar.

el hambre agudiza los sentidos, nos predispone a la caza, despierta nuestra desconfianza, salir a terreno es asumirse presa y depredador. la violencia es eso, asumir nuestro apetito. necesitamos echarnos algo a la boca para tranquilizarnos, siempre ha sido igual, en la más tierna infancia era un objeto inanimado, luego, en el cinismo social, le hincamos el diente a sujetos deseados, apostamos por espirirualidad, descontextualizamos nuestra naturaleza... es lo que somos, animales fabricados a punta de ideales, creer es nuestra carne. hubo un momento en que creíamos en cuentos infantiles, en esas realidades que nos leían nuestros seres queridos, pero llega un momento en que ya no necesitamos una voz susurrando palabras sentidas para dormir, llega un momento en que el cansancio de haber jugado toda una tarde basta, y sin darnos cuenta empezamos a dormir por nuestra propia cuenta, ya no escuchamos relatos ideales, empezamos a recordar lo que soñamos ¿existirá alguna relación entre el dejar de prestar atención a lo que nos dicen nuestros cercanos con el recordar nuestros sueños?

no sé, todo es paradójico y está bien así, está bien que las cosas sean contradictorias, todos los somos, todos profesamos ideales, el asunto es no tomarnos tan a pecho, situarnos en el esquema cartesiano, medir las distancias...

ahora, saliendo de la x que estoy expresando, tendría que decir que al hablar en pro de la violencia, no pretendo validar las guerras, las guerras me parecen absurdas, pero todo lo que sucede es absurdo, somos nosotros los que le damos sentido a lo que nos ocurre. a mi entender tanto los cuentos infantiles como las guerras son fenómenos que nos constituyen como seres humanos, como una amenza, como una esperanza, como jugar, como proyectarse, como construir y destruir...

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