'cookieChoices = {};' tiempos y palabras: octubre 2005

lunes, 24 de octubre de 2005

erga

Para comenzar, entiendo que esto será un consejo para mantener una buena comunicación interna. Este enunciado, que parece un simple sofisma, pretende manifestar que antes de emitir un juicio sobre algo, es necesario reconocer el contexto en que nos situamos. Tomar en cuenta las múltiples variables que cada gesto comunicativo implica. Si queremos pronunciarnos sobre algo, es necesario constatar el medio en que ‘este algo’ se desenvuelve.

Ahora, ‘dar consejos’ es una modalidad de comunicación que busca hacer un bien, pero un bien no se constituye por sí mismo, sino según la circunstancia y el momento. Por lo tanto, el principal consejo es actuar a conciencia, reconociendo la realidad, no sólo del otro y de uno, sino teniendo presente la situación que se pretende cambiar. Las palabras, los consejos, no valen si no hay un reconocimiento de causa y de contexto.

Ahora, ¿cómo obtener esa conciencia?

...

Observando en silencio, escuchando, siendo empáticos, venciendo nuestros prejuicios, respetando a cada ser humano…

En la comunicación no es el valor del mensaje lo que prima, sino la interacción y el grado de comprensión lo que determina el éxito de nuestra hazaña. Los mensajes se alteran en la medida que van siendo comprendidos, en la medida que vamos interpretando la realidad de nuestro interlocutor y reconociendo su mundo. El valor del acto comunicativo está en que gestiona estos cambios, la constancia de nuestro mensaje está en el cambio que produce, no en las palabras que enunciamos o escribimos.

Conversar es un ejercicio, una preparación para realizar un bien, tanto a las personas como a nuestro entorno, por lo tanto si lo que pretendemos es alterar en forma positiva lo que nos rodea, es fundamental dar la posibilidad de que nuestro mensaje cambie, ser flexibles ante la realidad.

No es difícil retractarnos de nuestras palabras, el problema es atreverse a reconocer que nos equivocamos y que es mejor cambiar de opinión, que seguir adelante con enunciados en los que no creemos. Pero, llegar a este reconocimiento puede jugar en nuestra contra, pues mientras más nos retractamos, más credibilidad perdemos. Entonces, guardar silencio por un tiempo por un tiempo nos permite observar los errores que conllevamos y la manera de subsanarlos... Una buena comunicación se da en cuanto sepamos mantener un equilibrio entre lo que escuchamos y lo que decimos.

Lamentablemente, no basta sólo con las buenas intenciones para llevar a cabo un ‘verdadero acto comunicativo’, si no se comparte el mismo lenguaje, si no se manejan los mismos códigos, será muy difícil llegar a un acuerdo que permita mejorar la comunicación interna, a veces no son las partes las que están fallando, sino el sistema que no favorece que la comunicación se de. Entonces es cuando aparece la necesidad de ayuda externa, de alguien que pueda ponerse en el lugar de ambas partes y que facilite el reconocimiento mutuo: un mediador.

El mediador, al ser un agente externo, reconoce las inercias del sistema, pone de manifiesto los desperfectos en el engranaje comunicativo, hace visible los factores que no le han permitido a las partes entenderse. Es decir, hace posible un dialogo en el que las personas involucradas sepan escucharse y reconocer lo que dicen, dejando de lado los desperfectos que no habían permitido este reconocimiento.

En conclusión, es la capacidad de compartir un mismo mensaje lo que determina una buena comunicación interna. Para esto, en primera instancia, es necesario reconocer que los códigos que manejamos tienen limitaciones y beneficios, no basta con tener las mejores herramientas para que se de un verdadero dialogo, sino existe un reconocimiento de pares 1º.

miércoles, 19 de octubre de 2005

focus group

"Pure easy listening, settle down
On the pillow soft when they've all gone home
You can concentrate on the ones you love
You can concentrate, hey, now they've gone"

Belle and Sebastian

ayer mis mejores amigos me preguntaban por mi motivación blog, yo les dije que era la inmediatez lo que me gustaba, que fuera gratis, que el movimiento fuera virtual, que no tengo que ir a una Iglesia para contar lo que me atormenta, que lo puedo hacer ficción, porque como dijo el gran Fedor "si Dios no existe entonces todo está permido"

a ellos le parece extraño mi afán, pero entienden mis extrañezas, no ponen caras raras cuando me escuchan decir que puede que el libre mercado esté detrás de esto, que esta cuestión es gratis porque es producto del marketing, porque a mi parecer sale más barato leer un blog que entrevistar a un joven, que es relativamente fácil identificar al público blog, que tiene ciertos accesos y que tiene ciertas monedas...

etc.

martes, 11 de octubre de 2005

retórica

mientrás más pienso, más irreal me siento. y al sentir esta irrealidad me vierto en una virtualidad que se lee... que me da risa, pero que me aparenta seria.

me disloco entre lo que personifico y lo que creo que soy, y en esta dislocación se produce un vacío. este vacío se difumina en la voz que escuchan mis seres queridos o en la repetición de temas virtuales.

(opto por fragmentar lo que pienso, esta presentación me permite diferentes abordes. entiendo que mis temas son recurrentes, que lo que cambia es la expresión. en mi forma de buscarlo me pronuncio a mi manera, moldeo mi vacío para hacerlo palpable a otra subjetividad)

me ficciono. le doy forma a mi cuestionamiento para que las palabras me sujeten, para demarcar, en teoría, mi difuso estado de ánimo.

entonces el juego se da entre: yo, segura de que soy, y yo, represento inseguridad para confirmar en esta subjetividad lo que estoy sintiendo, a medida que lo pienso y lo escribo.

quizás debería asumirme nihilista, pero esta afirmación implica englobarme en un contexto que nunca podré entender en su totalidad, un sistema que se contradice de la misma manera que todos mis predicados, sería asumir un símil, no una identidad.

en pocas palabras, reconozco que soy muy Jalisco Zapata (si no gana, empata) o, como me dijo una amiga, que yo soy un poco demasiado tolerante.

(difiero)

sábado, 1 de octubre de 2005

lo mismo

los perros no son lobos domesticados, somos nosotros los domesticados por lobos.

ellos saben que no somos capaces de comernos todo lo que cazamos y se acercan a nosotros para evitar el desperdio.

pero nosotros tenemos miedo, pensamos que nos quieren atacar, los ahuyentamos...

así es como ellos comienzan a imitar nuestras muecas, a humanizarse...

así es como encuentran su domus, su domicilio, el calor que se obtiene al dominar nuestros miedos...

acompañados construímos nuestro hogar y acompañados salimos a cazar