'cookieChoices = {};' tiempos y palabras: diciembre 2005

martes, 6 de diciembre de 2005

cables cruzados

la otra vez una amiga hablaba pestes de las instalaciones y la sobrevaloración que tienen en el mundillo intelectual, frente a eso, yo llevé a colación las palabra de un tipo del cual me olvidé el nombre que decía que la función del arte en este mundo globalizado es arqueológica: buscar elementos que definen nuestra manera de ser, sacarlos de su contexto y ponerlos en un lugar en el que sepamos distinguir su singularidad, pues, como andamos tan apresurados por la vida, si no están estos tipos para recordarnos que nuestra cultura es valiosa ¿quién?

entonces, al parecer, se ha producido una conversión, pues el arte se ha transformado es arqueología y crítica, mientras que la calle, los quioscos y sus esquinas en ficción, caminamos por la calle como si lo hicieramos por una irrealidad. 'tener conciencia' parece ser hoy en día ' ser crítico', nuestra realidad parece salida de una pantalla de cine, y nuestro compromiso con ella suele ser la de ser espectadores... andamos como 'actores entisociales' por la vida, improvisamos, pero desconocemos la historia, nuestro parlamento es reaccionario... (entiendo)

sabemos olvidar, lo que, diría Nietzsche, es una cualidad de los individuos joviales y capaces de crear libremente. las consideraciones morales no pueden ser tomadas en cuenta por una mente creadora, atreverse a crear es suspender la memoria, de otra manera, no se puede entender que alguien ose a producir 'arte' en un mundo ya saturado de este 'concepto'.

lo que me inquieta es lo trastocado que están nuestros sentidos:

caminando con una amigo por una calle en Maipú le hago notar que hay un par de zapatillas colgadas en el tendido eléctrico, él me pregunta ¿sabes lo que significa eso? (él trabaja en un colegio de 'alto riesgo'), le digo que no (se me viene a la cabeza la película el Gran Pez y el pueblo encantado en el tiempo en el que sus habitantes tiraban sus zapatos una vez que decidían ser parte de él), y me responde: son una señal de triunfo, cuando asaltan a alguien tiran las zapatillas robadas a los cables, así, después, pueden ufanarse de su hazaña con su pandilla...

entonces, las zapatillas en el tendido eléctrico serían una suerte de instalación marginal que quienes reconocen pueden saborear o aborrecer, y quienes no, simplemente obvían... es delincuencia, es sacar de contexto, es robar accesorios pop para conseguir droga... en cambio las instalaciones contemporáneas toman prestados elementos de la cultura popular, hacen una investigación, se dan el trabajo de recrear una 'realidad', el 'artista' asume su rol de 'copión' y nos presenta su recreación como 'su obra', la que suele dejarnos con una sensación de absurdo o desazón, o sino de 'tomadura de pelo'

¿?

'lo suprimido'

Sr.Marqués said...

El autor de la Epopeya de los 15 jinetes (con caballo paradigmático) quiso quedar en el anonimato, no por humildad, sino por auténtica prudencia. Casi todos los rumores son falsos, perversos y fruto de un desequilibrio. Cuando el incrédulo se pone a la defensiva la comunicación adquiere facetas de relatividad y pierde eficacia en su función de bien social. La convivencia queda erosionada al disminuir el acuerdo cooperativo que es la confianza [fides]. La desconfianza de niños, ancianos y habitantes de zonas aisladas es mayor -como mecanismo de defensa- porque sienten más inseguridad. Sartre tenía poco de optimista platónico y destacó mucho lo terrible de la naturaleza humana. Aunque nunca perdió el optimismo que le acompañó desde su infancia, relacionaba directamente el pesimismo con la desconfianza. Por todas las consecuencias a costa del prójimo el que escondió la mano confiesa, no reconoce.