la otra vez una amiga hablaba pestes de las instalaciones y la sobrevaloración que tienen en el mundillo intelectual, frente a eso, yo llevé a colación las palabra de un tipo del cual me olvidé el nombre que decía que la función del arte en este mundo globalizado es arqueológica: buscar elementos que definen nuestra manera de ser, sacarlos de su contexto y ponerlos en un lugar en el que sepamos distinguir su singularidad, pues, como andamos tan apresurados por la vida, si no están estos tipos para recordarnos que nuestra cultura es valiosa ¿quién?
entonces, al parecer, se ha producido una conversión, pues el arte se ha transformado es arqueología y crítica, mientras que la calle, los quioscos y sus esquinas en ficción, caminamos por la calle como si lo hicieramos por una irrealidad. 'tener conciencia' parece ser hoy en día ' ser crítico', nuestra realidad parece salida de una pantalla de cine, y nuestro compromiso con ella suele ser la de ser espectadores... andamos como 'actores entisociales' por la vida, improvisamos, pero desconocemos la historia, nuestro parlamento es reaccionario... (entiendo)
sabemos olvidar, lo que, diría Nietzsche, es una cualidad de los individuos joviales y capaces de crear libremente. las consideraciones morales no pueden ser tomadas en cuenta por una mente creadora, atreverse a crear es suspender la memoria, de otra manera, no se puede entender que alguien ose a producir 'arte' en un mundo ya saturado de este 'concepto'.
lo que me inquieta es lo trastocado que están nuestros sentidos:
caminando con una amigo por una calle en Maipú le hago notar que hay un par de zapatillas colgadas en el tendido eléctrico, él me pregunta ¿sabes lo que significa eso? (él trabaja en un colegio de 'alto riesgo'), le digo que no (se me viene a la cabeza la película el Gran Pez y el pueblo encantado en el tiempo en el que sus habitantes tiraban sus zapatos una vez que decidían ser parte de él), y me responde: son una señal de triunfo, cuando asaltan a alguien tiran las zapatillas robadas a los cables, así, después, pueden ufanarse de su hazaña con su pandilla...
entonces, las zapatillas en el tendido eléctrico serían una suerte de instalación marginal que quienes reconocen pueden saborear o aborrecer, y quienes no, simplemente obvían... es delincuencia, es sacar de contexto, es robar accesorios pop para conseguir droga... en cambio las instalaciones contemporáneas toman prestados elementos de la cultura popular, hacen una investigación, se dan el trabajo de recrear una 'realidad', el 'artista' asume su rol de 'copión' y nos presenta su recreación como 'su obra', la que suele dejarnos con una sensación de absurdo o desazón, o sino de 'tomadura de pelo'
¿?
5 comentarios:
Disiento.
La crítica (entendiendo por tal a la Ana María Guash, por ejemplo) construye la lectura. Y el comisariato, da pistas a la misma. Por eso son esenciales ambas. En la medida que existe crítica, en Chile Juan Francisco González se habría atrevido a distanciarse de Pedro Lira. Y es por esa crítica, que Lepe puede instalar en "Animal", de lo contrario, le estaría vedado. Sobre las zapatillas en el cableado: Éstas son decidoras de "quitadas" o "venganzas". Y ahí no hay arte. En la exhibición del hecho, sin soporte, no hay posibilidad de lectura artística ni para el curador ni para el crítico atento. Es por eso, que el peatón posmoderno debe estar despierto y discriminar y comprar "Cuadernos de Arte", y asistir a las Galerías y depositar al menos 100 pesos los días Domingos en el MAVI o en el MBA. slds. rc.
...así como están los críticos y como está el 'arte' me parece que no falta mucho para que la existencia 'espacial' de una 'instalación' sea irrelevante... por ej. que Lepe 'exponga' cobra más importancia por la hermeneútica que se hace de su obra en los medios, que por el hecho que su obra esté en la Animal...
y a lo que me refiero con las 'zapatillas en el cableado' es que en esa 'instalación' uno debería reconocer la autenticidad de las necesidades sociales en vez de ir a marginarse a una galería de arte y 'apreciar' la 'copia docta'...
eso.
bravo, potente reflexión
bien argumentada
me quedo pensando.
en todo caso, así a la rápida y habiendo estado hartas veces parado en distintos museos santiaguinos... encuentro que en general, si no estay tu montando algo, vale callampa ir a ver, no queda nada para la memoria.
Y es por eso que Leppe instaló "fatiga de Material" en la propia "Animal" que antes tenía un rol distinto al existir la "Thomas Andreu". (Hoy es distinto, pues Andreu se quedó sólo con Animal: y la instalación en ella sirve de adorno a quienes van a comprar "cartulinas"). La Crítica de Arte es distinta a la literaria. Porque la estética pone la lectura, no analiza lo dicho sino que crea sentido. Sobre las "zapatillas". Tienes razón: no hay arte, pero el problema es que se "reconoce" su realidad restándole subjetividad. Por eso existe la solidaridad entendida como en la televisión. Y quizás es el mérito del arte, pues dota de existencia subjetiva a la necesidad que requiere más que asistencia. Así el trabajo de la Paz Errázuriz en El Peral. Y quizás es una tarea no hecha. Leer estéticamente unas zapatillas cableadas.
en ocasiones creo que la verdad solo somos un monton de pelotudos dandonos comida en la boca y gritando los secretos, solo mostramos y desnudamos lo desnudo, ensuciamos lo hermoso y creemos que lo falso o torpe, con titulo de arte lo comemos... somos unos pajeros, cultura de mierda... sochile de la puta! santiasco aprendiendo... negemos saberlo todo por un puto día... pretenciosos .. pseudorebuscados... yo lei el libro incompleto de la escritora menos conocida... ho.. que orgullo de orgazmo silencioso. down at the center. ashod from la personal isla de creta.
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