'cookieChoices = {};' tiempos y palabras: agosto 2006

lunes, 7 de agosto de 2006

inexistente

estuve aquí, pensé en que escribir, de hecho tuve tres comienzos, los cuales, siguiendo la tradición, borré...

el primer comienzo era un rodeo sobre el anonimato, pensaba en mi y en ti, y en qué es lo que gatilla que a veces postiemos... recuerdo la frase 'the inner connection works' que dice el protagonista de 'Extrañas coincidencias' luego de realizar todo tipo de extravagancias para encontrarle sentido a su vida (contratar a unos detectives existenciales está dentro de las extravagancias) llega a la conclusión de que lo importante está en nuestra capacidad de compartir sentimientos y empatizar mutua%... mi divagación no llegó más allá de eso, así que se entiende porque la borré

lo segundo, surgió a partir de una entrevista que vi al filósofo Hubert Dreyfus, que decía que en este mundo globalizado y carente de mayores compromisos, lo importante era que cada uno cree el suyo propio (es el tipo que escribió Abrir nuevos mundos con Fernando Flores y Charles Spinosa), que el sentido se encuentra al tomarse cada uno su papel en serio... si el mundo se traduce simplemente a convenciones sociales, cada uno puede conformar mundos en la medida que creemos convenciones propias y más personas las vayan adoptando... me imagino que es como el cuento que me contaron del rugby, que fue un deporte que inventó un tipo que nunca fue bueno para el futbol, entonces diseño un juego que fuera todo lo contrario. creó su propio mundo, con su propia lógica y hoy el futbol y el rugby conviven sin problemas... puede que mi ejemplo sea burdo, pero el ejemplo que dio Dreyfus en la entrevista fue el de una cena, que cada participante de ella cumplía un rol, y que era la dinámica que se daba entre los comensales la que constituía un mundo

y lo tercero, cuando ya me daba por rendida por mis no concluyentes divagaciones, fue el usufructo de una parte de un poema de mi amigo Manuel Illanes, que venía muy al caso:

"Esto es un falso comienzo. De lo que intento
hablar es de la caída y su silogismo de fuego.
De lo que hablo es de ese molino donde nuestro
grano es macerado, el molino de Cronos.
Balbuceo desde una habitación vacía,
mientras mis amigos duermen borrachos
o copulan desesperados, no lo sé, y Coltrane
sopla un mantra que me reconforta, su plegaria
por los muertos y los vástagos de estas tierras.
Balbuceo mientras fumo el tabaco de la oscuridad
y pienso que mis ideas no existen, o son humaredas
que arrastrara lejos el puelche de los años, más allá
de los valles y las ciudades ardiendo en la sal
de Abisinia."

estuve aquí, pensé en que escribir, de hecho tuve tres comienzos, los cuales, siguiendo la tradición, borré...